El Alma como el conductor de los sentidos
“Cierto que es la carne el medio del tacto, y táctil del suyo; pero también órgano o sensorio por virtud de cierta comunidad que tiene; pues si se pone algo sobre la carne, experimentará sensación el alma del nervio en que esta la facultad de tocar; como pasa a través del guante lo caliente o frió, lo duro o lo blando, pero no sin que antes penetre en la carne aquella cualidad.”1
Es este el medio que a mi parecer no alcanzo a tomar mucha relevancia en el texto en general y creo que no se le dirigió la debida atención, es uno de los mas importante a mi parecer es el que conecta todos los sentidos. Este es el que siente el disfrute de una buena comida, el olor a madre o al ver una buena pieza de arte como por ejemplo la de Rodin titulada el beso. Dos cuerpos se buscan en tensión, desean el beso. Su magia anula toda distancia; dos seres distanciados acaban de alcanzarse.
Es el alma la que se emociona, este es el cable que conecta todos nuestros sentidos A través de estos el alma entra en relación con el mundo exterior, porque las impresiones que parten de las cosas del mundo llegan hasta el alma y se introducen en ella como a través de una puerta.
Juan cruz escritor y periodista escribió:
“Borges es una ciudad, y se llama también Buenos Aires. No es cualquier ciudad, es una música antigua que va volviendo a tus oídos como si la hubieras escuchado alguna vez en tu infancia. La lectura de Borges, que al tacto parece tan difícil, o tan honda, de pronto se muestra como la lectura de la que ya sabe tu recuerdo. Hay una luminosidad aérea, perfecta, como si antes de escribir él hubiera tenido una revelación, un júbilo. Y eso se traslada a tu percepción y a tu mente, y a tu mirada, y veas o no, esa luz ya es de tus ojos.” 2
“La luz” como mirada de el alma nos habla de el entendimiento de las cosas ya que esta tiene un grado de inteligencia con la cual puede entender las ideas directas o reflejadas de los pensamientos, un ejemplo cuando el profesor muestra una formula matemática y pregunta: ¿ven la solución?
Quiero resaltar lo difícil que es, que las personas de estos tiempos han crecido con esta hegemonía de la vista y con todo los negativo que conlleva, pero a la vez hemos sentido el empobrecimiento que produce esta arquitectura fugaz y como ha afectado a la sociedad quienes añoran, como yo quizás, vivir en aquellos espacios que entregan riqueza sensorial, una buena relación con el mundo y con nuestro ser-en-el mundo (nos ayudan a comprender el mundo), por lo que hoy mas que nunca se siente una urgencia por rescatar la arquitectura de los sentidos.
Me parece impresionante el nivel de alcance que tienen los sentidos sobre nuestra percepción de la realidad, y es que es obvio, porque son nuestras ventanas hacia lo que nos rodea, pero la manera en que se tratan en el libro, hacen que cualquier arquitectura, hecha a base de un encarnamiento del yo en el espacio, el de conjugar todos los sentidos a la vez y todo nuestro cuerpo, sea maravillosa, una arquitectura con alma, una arquitectura hecha por el hombre y para el hombre en toda su dimensión, pero a la vez una arquitectura saludable para la mente y espíritu, que diseñada erróneamente puede resultar catastrófico tanto para quien lo pensó como para quienes fue pensada.
“Lo que ordena aquí la casa es la autosuficiencia que permite al cielo y la tierra, a los dioses y a los mortales formar una única unidad con las cosas. Es eso lo que sitúa la granja mirando al sur, en la ladera de la montaña protegida por los vientos, entre los prados cercanos al manantial, y la dota de un tejado con ancho voladizo de guijarros, cuya característica pendiente no sólo aguanta el peso de la nieve, sino que desciende hasta abajo para resguardar las habitaciones de las tormentas durante las largas noches invernales. No olvida el altar en un rincón, detrás de la mesa comunitaria, y halla sitio en la habitación para el sagrado lugar del parto y para el ‘árbol de los muertos’ –pues así llaman aquí al ataúd-, y de ese modo determina, para las distintas generaciones que conviven bajo el mismo techo, el carácter de su viaje a través del tiempo. La habitabilidad artesana, surgida ella misma de la morada, que aún emplea sus herramientas y sus estructuras como si fueran cosas, edifica la casa de labor.”3
En este último texto se puede sentir el rechazo velado o inconciente de la ciudad moderna creando un mundo imaginario en el cual declaran verdaderamente habitar del alma.
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1-Vives, Juan,”Tratado de el alma” (1528).ed:www.linkgua.com pag. 31
2-Cruz, Juan,”fervor por una ciudad llamada Jorge Luis Borges”25-10-08 publicado en: revista cultura ed.: http://www.clarin.com/notas/2008/10/25/_-01787577.htm
3- HEIDEGGER, citado por L. McDowell en Genero, Identidad y Lugar, Ediciones Cátedra, Madrid, 2000, pp. 111 y 112.
Wolfgang Birkner
Taller 2- El Habitante
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Introspección
“Lo que más se necesita ahora en la Arquitectura es exactamente lo que mas se necesita en la vida: Integridad…” Frank Lloyd Wright
Es inevitable que una frase como esta a uno le quede resonando. En primer lugar debido a quien lo dice, y más aún, por la elocuencia de sus palabras, por lo mismo me vi obligada a buscar el significado de la palabra integridad (Calidad de integro, entereza, desinterés, completo, entero) para poder captar en profundidad dicha frase y al leer sus significados, pensar en todo lo que leí y en mi experiencia personal, me di cuenta que sólo dejando de hacer todo lo ya mencionado, las respuestas a las interrogantes que yo misma me estaba planteando con lo de la integridad se respondían sólo con poner atención a lo que sucedía a mi alrededor, y más aún, en mi propio hogar, ya que en la calle se escuchaban gritos de niños jugando en el agua que se juntaba en los charcos que se hacen debido a que el pavimento del pasaje está en mal estado, cada año que lo reparan suele quedar peor, ya que es una solución “parche”. Que mientras leía se escuchaba como mi vecino imitaba a Pedro Picapiedra gritando “¡Wilma!”, debido a que las casas son pareadas, o el que cada vez que alguien en mi pasaje adquiere un auto, significa que van a sacar un árbol ya que para que quepa en el antejardín deben botarlo debido a que sólo de esta forma queda perfectamente bajo techo y tras una reja.
Quizás al verlo de esta forma se vea o perciba que hubo falta de integridad a la hora de construir esta población. Pero al verlo de otra forma quizás conformista u orgullosa ya que sólo los que viven aquí saben de sus defectos y virtudes. Uno comienza a analizarlo desde un punto de vista humano, o más aun, de forma corpórea y sensorial, como cuando siente olor a humo en las tardes soleadas y de inmediato comienzan a aparecer los recuerdos de fiestas pasadas o quizás cuando uno camina por las calles y súbitamente siente olor a tierra mojada, un olor que por lo menos yo no puedo explicar porque se hace tan placentero, en realidad hay muchas cosas.
Probablemente al medir una obra arquitectónica muchas críticas más que de expertos, fueron de simples personas de usuarios como uno ya que lo acogedor de un lugar no pasa tanto por el estilo o la complejidad de la construcción, pasa por la comodidad, por su funcionalidad y belleza debe tener pero eso no debiese de ser la base con la que se construye, como dijo Frank Lloyd Wright debe ser integro , se que es difícil ya que como humanos somos seres que estamos en constante evolución igual que nuestras necesidades, pero si ojala se pudiese llegar a lo mas óptimo ya que de esta forma quizás disfrutaríamos más de las cosas pequeñas que nos da la vida.
Ana Machuca Quiroz
Taller 2 – El habitante
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El Placer del “estar”
Por: Mario A. Jerez Caro
La reivindicación del resto de los sentidos era necesaria (y lo es aún) en nuestra sociedad, en la que cada uno de los sentidos es sobre estimulado por separado y no en una gran conjunción de sensaciones como debiera ser, un equilibro perfecto, el traspaso de sensaciones del arquitecto al habitante mediante la obra finalizada.
Desde del inicio de los tiempos los artistas y humanistas se han peleado por el lugar del arte más puro, Leonardo decía que era la pintura, Miguel Ángel la escultura y cada uno de ellos poseía buenas razones para convencer al espectador de ello, pero ningún arte es completo si no estimula más que un solo sentido de nuestro cuerpo.
El tiempo se ha encargado encerrarlos tras las vitrinas y con esto prohibir al espectador la experiencia de estar junto a una Madonna de Leonardo o el magnífico David del Buonarotti. En mis experiencias me es imposible concebir la creación de la Mona Lisa como una pintura, su concepción sfumatta hace desaparecer la evidencia de las pinceladas sutiles hechas a pulso y la vuelve una imagen plana de no mas de 40 centímetros de altura detrás de un imponente marco de cristal, que supera en mas de 100 veces la pintura original abarcando caso todo el muro y la atención de los visitantes que abarrotan la sala. En cambio caminar por el hermoso entrelazado del suelo de madera de la Grand Gallerie se vuelve una experiencia inolvidable, el crujir de los pasos frente a la Coronación de Napoleón hace a la imponente pintura parte del segundo plano de la experiencia ya que el edificio como tal me estimula aún más los sentidos que el lienzo con el letrero de NO TOCAR. Esta sensación de estar rodeado por la verdadera obra de arte construida marca el pulso de las vanguardias de los últimos años, en la que el arte se vale del espacio, un recorrido y un ambiente para crear sensaciones en el espectador y volver la visita como una experiencia inolvidable, elementos que pertenecen a la arquitectura desde hace siglos.
Como lo afirma el texto la experiencia multisensorial colma al habitante de algo inmortal, que permanecerá en su memoria para siempre y que mediante alusiones físicas como olores o temperaturas del material lo evocarán a esta. Es por eso que nunca olvidamos el olor de la pintura fresca del jardín de niños, porque nuestra estadía en ese lugar significa mucho más que una experiencia visual. Una obra arquitectónica llega a nuestra memoria y recuerdos cuando nos afecta en más de una manera, es decir, si yo me vendo los ojos y siento el olor a incienso, el frío y la dura roca bajo mis pies además del sonido de un órgano sabré perfectamente que estoy caminando dentro de la catedral de la plaza, o si con los ojos vendados caminara por un sendero sinuoso y empinado de fríos adoquines sabré de inmediato que estoy en el camino del Castillo Hidalgo del Cerro Santa Lucía.
Retomo las sensaciones de la catedral para explicar el inusitado éxito de las misas en los siglos anteriores, que estaba explicado porque se concibió esta como una forma de excitar todos los sentidos: las imágenes y esculturas hermosas para la vista, el pan y el vino para el gusto, las flores y el incienso para el olfato, el imponente órgano para remecernos con sus bajos y estimular el oído, por último la fría banca de madera y el suelo de granito que al tacto evocan la soledad e insignificancia del hombre. De la misma forma es imposible concebir l’Scala o el Arsenal de Metz sin la música y la puesta en escena propia para idear la arquitectura del lugar, construida para envolver al espectador en una sensación única.
Es absurdo enfocar la arquitectura como una cosa netamente visual o simbólica porque no se la puede experimentar sin estar en el lugar mismo, los planos y dibujo son meras metáforas de cómo sería el lugar y que no tienen la posibilidad de reemplazar la experiencia de estar en ellas. Es por ello que la satisfacción máxima del arquitecto es visitar la obra ya terminada para realmente saber si lo que él deseaba producir en el habitante está plasmado en ella. La arquitectura debe estimular todos los sentidos; dibújala y tendrás una obra de arte, escribe la melodía de tus pasos en el eco y ni Mozart te igualará, degústala y tendrás el más exquisito plato que jamás hayas comido, husméala y el mas delicioso aroma se apoderará de ti, y por último, siéntela porque jamás te olvidarás del día en el que estuviste ahí.
Tal como dijo Oscar Wilde “El arte jamás ha de intentar ser popular. El público es el que ha de intentar ser artista.”, es decir, la arquitectura no es tal si no es experimentada, vivida o habitada porque entonces no habrá sensaciones producidas ni experiencias inmortales. Una imagen vale más que mil palabras…pero no hay palabras ni imágenes que juntas reemplacen el placer de estar ahí.
TALLER II EL HABITANTE
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Esos lugares existen
Voy en la micro, camino al centro, leyendo Los Ojos de la Piel. Quería ver si efectivamente un edificio podría causar todas las sensaciones mencionadas en el texto. Miro por la ventana, Apoquindo, llegando a Escuela Militar, nuestro pequeño pedazo de Manhattan. Por la vista todo es lindo, geometría, perfecta, pero insípida. Nada que me diga lo que sucedió ahí, lo que sucede o lo que sucederá. Sin vida.
Pienso que Juhani Pallasmaa tiene la razón al decir que la arquitectura debe evocar, debe hacer que mis cinco sentidos se desarrollen, debe hacerme vivir. Pero no encuentro el lugar donde eso suceda.
Paso Plaza Italia, frustrándome porque no sabía que iba a escribir, hasta que llego a esa calle. La primera calle que llamó mi atención cuando llegue a Santiago. Esa que se asoma por la Alameda y ves esos edificios negros por el smog, llenos de historia. Claro, hablo de la calle Nueva York, cuando estoy ahí cierro mis ojos y no puedo evitar transportarme a otro tiempo, pensar en las reuniones en el edificio del Club de la Unión y de los miles de sueños rotos, y tambien cumplidos, en la Bolsa de Comercio.
¡Y el olor!, ese olor que sólo tiene Santiago en invierno, el olor a lluvia y mugre, ese olor que me da nostalgia, o como dice mi hermano "me hace acordar a París" (aunque nunca ha estado ahi). Todo ese olor concentrado en esa calle, que pasa desapercibida entre tanto movimiento.
En ese momento me doy cuenta que Juhani Pallasmaa tiene razon, esos lugares existen.
Dulce Elena Sánchez
jueves, 20 de agosto de 2009
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