jueves, 1 de octubre de 2009

Ensayos críticos destacados

"Camuflando lo incamuflable"

Claramente existe en la arquitectura dos tipos de interacción con el espacio: la destructiva o de supresión y la adaptativa o de incorporación. Tal como lo afirma Ito la arquitectura debe proponer una mezcla con el entorno de la obra, generando un degradado entre muros trasparentes que producen un “límite difuso”, esta acción de difuminar obras, como quien lo hace con un carboncillo sobre un dibujo es la prima forma de la difuminación de los límites de las ciudades. Una forma clásica de la difuminación en tiempos antiguos es la aparición de los barrios, formas arquitectónicas reconocibles entre sí ya sea por forma o emplazamiento, como en los cerros de Valparaíso o el Barrio París-Londres en Santiago; pero esta forma de hacer cuidad está un paso atrás de lo planteado por Toyo Ito donde la incorporación de hace extrema, donde los muros se desvanecen y aparece la ciudad como un solo ente relacionado entre sí.

Para explicarme sobre la primera frase que acuñé en el inicio de este texto definiré estos tipos de arquitectura, que puedo reconocer, en un método ejemplificado y simple: la arquitectura destructiva es ciega, donde el entorno en un modelo a escala es blanco o monocromático, donde el volumen importa más que la incorporación, un ejemplo de esta destrucción es un edificio vidriado en el Barrio Bellas Artes claramente reconocible como el juego de encontrar al objeto extraño, que no calza. La arquitectura destructiva se preocupa de preparar el espacio para recibir a la nueva obra sin importar el vecino ni las calle ni los transeúntes que usan la plaza de enfrente, solo se emplaza. Algunas obras (o mejor dicho arquitectos) son más destructivos que otros o que por lo menos esa difuminación del límite es menos clara, entiéndase una difuminación del límite no como una forma de bloquearlos haciendo un muro o plantando robles (como en Disneylandia) sino como una forma de incorporar la obra a su entorno, donde se haga tarea difícil la diferenciación de uno y de otro, como ubicar donde deja de ser negro el blanco.

Una forma de arquitectura de adaptación es cuando la obra se diseña en base a su entorno, es decir, como cuando se diseña una casa en un bosque, dejando que los arroyos y árboles dominen en la arquitectura más que el capricho del arquitecto. Es este aspecto Toyo Ito es tajante, la naturaleza debe incorporarse a la estructura ya sea con la difuminación de los límites de esta o de la adaptación de la misma. Una obra destacada de este tipo de arquitectura son las termas de Zumthor en las montañas, donde se genera una naturaleza artificial pero de adaptación entre el entorno y la obra. Esta es la nueva labor del arquitecto, diseñar y adaptarse al entorno, tarea difícil pero no imposible ya que cada arquitecto debe saber incorporar su sello sin destruir el de otro o el de la cuidad, como con
una especie de camuflaje no camuflado donde la figura se destaque con lo que desea fundir.

Mario Alonso Jerez Caro

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"Desproteger a la casa"

En el ejemplo del parque temático de disneylandia es donde se concibe en plenitud el espacio aislado homogéneo y controlable, hay una analogía con la costanera de santiago donde conecta y comunica distintos lugares de santiago, algo así como una columna vertebral, pero que tiene intrínsecamente el carácter de burbuja y de urbanización homogénea y aislada del resto de la ciudad, es cierto que interactúa, pero mas separa que unifica; por ejemplo en un viaje a la playa o fuera del país en dirección al aeropuerto de una familia de la dehesa, es posible que esta no se entere y no interactúe con el casco antiguo de la ciudad y el centro de santiago, todo esto con excusas de rapidez y fluidez, de esta columna vertebral de santiago, que permite pasar por santiago sin haber estado en él. Este es quizás el dilema actual de nuestra capital: “la confusión de los actuales paisajes urbanos sin vínculo con lo local” (Pág. 15, segundo párrafo. “Arquitectura de los límites difusos”), como es el caso de muchos edificios de Ñuñoa, Las Condes, Providencia, que están descontextualizados, y producidos en serie, repitiendo una y otra vez el revestimiento de moda que produce un ambiente de “hogar satisfecho”: el ladrillo; sin diferenciación alguna, y muchas veces encapsulados en su burbuja.

Entonces ahora miro la “Arquitectura de los límites difusos” y pienso que aun la arquitectura actual (edificios de inmobiliarias principalmente) repite modelos del pasado y es necesario que, que exista esa relación con el paisaje, tantas veces nombrada en edificios no lucrativos donde el espacio es flexible y cambiante a las situaciones, donde existan tabiques movibles que se adapten a la situación y donde el sol, el agua, el viento, influyan, y no significa que necesariamente halla que protegerse de estas situaciones climáticas, quizás hay que desproteger a la casa de algunas de estas, poder canalizarlas y usarlas en beneficio o para crear un ambiente y vivenciar la naturaleza mas explícitamente por todos los sentidos.

Que sea una arquitectura semipermeable con la naturaleza. Y en este sentido ejemplifico con la casa “kiltro” de la oficina Supersudaca, donde la relación con el paisaje es clara y la terraza es protagónica, que se funde el suelo con el techo de la casa, y la relación de la casa con la naturaleza se potencia una a la otra.

ALberto Francisco Peñaloza Aspée


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